El
país entró en guerra y dos amigos fueron alistados para combatir.
Se perdió la guerra y fueron apresados y recluidos en un campo de
concentración.
Estuvieron
dos años y cuando volvió la paz, fueron liberados y cada uno
organizó su vida en dos lugares diferentes del país.
Pasaron
diez años, y un día se encontraron. Y un amigo, preguntó al otro:
―¿Olvidaste ya a nuestros carceleros?
―Ni
un solo día he dejado de odiarlos. ―Respondió.
―En ese caso, ―dijo el amigo―, yo llevo diez años libre y tú doce encarcelado.
Moraleja:
Cuando nuestro odio es demasiado profundo, nos coloca por debajo
de aquellos a quienes odiamos (François
de la Rochefoucauld, escritor francés, 1613-1680).
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